El edificio se muestra en la actualidad, en desigual estado según sus partes y con algunas intervenciones nada afortunadas, especialmente en su iglesia, si bien el conjunto mantiene su traza general, destacando el claustro y parte de sus fachadas que nos dan una imagen y medida de la importancia de esta construcción. La intervención que se propone, tanto en su reconstrucción como en su rehabilitación, se adapta a un amplio programa que perfectamente “encajado” y distribuido proporciona un resultado coherente y de notable valor arquitectónico tanto en la disposición de los nuevos elementos, interiores y exteriores, como en los materiales y soluciones constructivas elegidas. También cabe destacar el tratamiento de los espacios exteriores como el patio de llegada y sus nuevas fachadas, el diseño y ordenación de los jardines protegidos rodeados por la línea y masa arbórea de distintas especies.
Este proyecto de restauración se realiza sobre un objeto patrimonial reutilizado para una nueva función, el cual se subordina a los condicionantes espaciales del monumento. Estas nuevas funciones propuestas, de Archivo y Centro de Investigación del Patrimonio Arquitectónico de Castilla y León, logran volver a poner en valor el edificio patrimonial, y hacerlo sustentable en el tiempo. El programa arquitectónico guía el proyecto de adecuación a las nuevas funciones, esto permite enriquecer la propuesta generando actividades nuevas y singulares retroalimentando el programa arquitectónico inicial. La propuesta a la vez asegura la participación y uso ciudadano del edificio disponiendo una gran parte de sus espacios como espacios abiertos al público.
El partido programático-espacial se refiere fundamentalmente a los conceptos espaciales y de uso de la antigua iglesia y convento. El programa mantiene el carácter doméstico de la parte del convento y el carácter religioso de la propia iglesia, a la vez que se conserva el espíritu de austeridad característico de los conventos renacentistas. Se aboga por la espiritualidad que caracteriza a la orden agustina y que se estima beneficiosa para el proyecto de restauración y su principio rector de mínima intervención, se convierte en una idea fuerza del proyecto, fortaleciendo la simpleza de las formas y potenciando el espacio del templo-convento.
El programa del archivo y centro de investigación, que incluye todo tipo de servicios complementarios (biblioteca, aulas de docencia, laboratorios de investigación, administración, almacenes, sala de exposiciones, bar-restaurante, sala de conferencias, alojamiento), se integra en el edificio sin condicionarlo funcionalmente de un modo exclusivo, a pesar de las limitaciones parciales que puede suponer su tipología.
Las diversas funciones se acomodan en torno al patio, que actúa como distribuidor. Se ha buscado facilitar las comunicaciones verticales y horizontales entre todas las dependencias y niveles, para ello se han diseñado nuevos elementos de comunicación. Estos elementos se expresan conscientemente en un lenguaje actual para enriquecer el diálogo con la edificación existente.